Edificio
Este centro ocupa una nave –la conocida como Guerrero por los propios trabajadores— de la bodega Ntra. Señora de Amparo, de Primitivo Collantes, S.A. Esta entidad nació a finales del siglo XIX, cuando los hermanos Primitivo y Tomás Collantes Lloredo llegan a Chiclana procedentes del Valle de Iguña (Cantabria), y realizó su primera vendimia en 1903. Pocos años después, los hermanos Collantes adquieren la que aún es su sede social, la pieza bodeguera situada en la calle Ancha, 51.
Aunque la bodega Nuestra Señora de Amparo data de 1944, este edificio se construyó entre 1962 y 1964 por la empresa de Eduardo Tobar (Cádiz). La nave –de propiedad municipal– consta de tres cuerpos, cada uno de ellos rematado por su propia cubierta de tejas, y dividido por dos cadenas de ocho arcos de medio punto sobre pilares de hormigón. Esta nave remite a un tipo de construcción típica de las bodegas de Chiclana y el Marco de Jerez, de los que cada vez quedan menos ejemplos.
Este centro –que durante décadas acogió a la solera del Fino Arroyuelo– es un ejemplo típico del modelo arquitectónico de una pieza bodeguera chiclanera: cerchas de pino y arquerías para repartir el peso del tejado, casi nula cimentación bajo muro y pilares de fábrica de ladrillos resistentes y cerámicos, ventanas altas… Junto a estas bodegas de crianza y mayores dimensiones, el crucigrama urbano también estaba salpicado de pequeñas bodegas de “mosteros”, que se reducían a un lagar y espacios abiertos en donde el mosto fermentaba antes de ser vendido.
Las bodegas chiclaneras son de escasa superficie, pero han desarrollado sistemas constructivos similares a las grandes bodegas jerezanas, aunque matizada por la geografía. Por ejemplo, su escasa altura está condicionada por el terreno de marismas en el que se solían levantar y, por tanto, con escasa cimentación.