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El sol

  • Sala del Sol
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EL SOL determina nuestras vidas. Nuestra economía y nuestra cultura. Las más de tres mil horas de sol al año que recibe Chiclana, su cercanía al mar, su proyección urbana sobre marismas, no sólo retrata un modo de vida y una forma de ser, sino también define nuestra viticultura y tradición salinera.

El sol vive en la uva, desde que brota hasta que llega al lagar. Junto a los vientos de Poniente y Levante –inseparables y fundamentales en nuestra identidad y para el propio viñedo– hacen posible un vino único, particular y extraordinario.

Este mismo sol –y estos mismos vientos– con la evaporación del agua del mar en las salinas permite la obtención de una sal marina artesanal de extraordinaria calidad.