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2. SALA “I”: La vendimia

La vendimia tiñe de fiesta las calles, perfuma Chiclana de mosto y de orgullo. Es septiembre y por el imaginario popular reviven recuerdos de recuas de burros acarreando uva hasta los lagares: la pisa extinta. A diferencia de Jerez y de El Puerto, las bodegas en Chiclana forjaron el centro urbano, con lo que la ciudad al completo participaba hasta no hace muchos años de ese trajín de vendimia, que era también el mes de las alegrías y las compras.

Hacia principios del mes de septiembre el escobajo de la vid se vuelve oscuro y la uva "se rinde"; esto es, se vuelve blanda y dulce. Es el momento de vendimiar. No hay una fecha exacta, porque depende fundamentalmente del grado de maduración de la uva, que debe ser, como mínimo de 10,5º Baumé (o alcohol potencial).

Tradicionalmente en Chiclana suele hacerse tardía, en torno al 8 de septiembre, día de la patrona, la Virgen de los Remedios. Aunque en el siglo XIX era común realizarse en octubre, sobre todo por la presencia de otros tipos de uva, como la Rey, que madura más tarde.